Jordi Paris Royo. Diseñador gráfico. Reus. Tarragona. Cataluña. Diseño gráfico, diseño web, cursos informática. Identidad corporativa, editorial, publicidad exterior, grafica aplicada, packaging, PLV, retoque fotográfico digital.



Jordi Paris Royo. Diseñador gráfico. Reus. Tarragona. Cataluña. Diseño gráfico, diseño web, cursos informática. Identidad corporativa, editorial, publicidad exterior, grafica aplicada, packaging, PLV, retoque fotográfico digital.
El plagio en el diseño y sus matices por André Ricard. Foro Alfa.

Todo diseño reconoce antecedentes, todo lo nuevo se basa en experiencias anteriores, y en ese proceso, inevitable y legítimo, también hay lugar para la mala fe.

Me parece una buena costumbre consultar el diccionario para verificar el significado de ciertas palabras, incluso de las que empleamos de un modo corriente. Descubro, a menudo, que no las usamos siempre en su más correcto sentido. Plagiar, por ejemplo, significa «copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias». Verbo que proviene del latín plagiare que significa «utilizar un siervo ajeno como si fuera propio». Me ha parecido curiosa esa referencia a «lo sustancial». Es un matiz que incita a la reflexión sobre lo que, habitualmente, entendemos como plagios. Pues ¿qué es lo sustancial en una obra creativa?, ¿sus cualidades formales?, ¿el concepto en que se ampara?, ¿las emociones que suscita? Si así fuera, el plagio llegaría a ser inevitable en cualquier creación, pues es difícil que algo surja de la nada y siempre existirá algo previo a relacionar con lo nuevo.

En efecto, si como parece ser, las obras humanas siguen un proceso evolutivo paralelo al de las especies vivas, todo lo que el Hombre ha ido creando a lo largo de su historia se inició con esos guijarros desportillados de la prehistoria. De allí partió el proceso evolutivo que, a lo largo de los siglos y a base de pequeñas mejoras que aporta a lo existente, nos ha llevado al inmenso bagaje de objetos y cosas de que disponemos hoy. Así, toda creación tiene un precedente del que se diferencia más o menos pero del que recibe siempre un legado, que es como el «testigo» de esa carrera de relevos que viene a ser la evolución de las cosas que el Hombre crea. Quiero señalar que aun cuando lo expuesto pudiera aplicarse también a otras áreas creativas, estas consideraciones se refieren esencialmente a la creatividad en el ámbito de los objetos útiles. De todo lo dicho podría deducirse que el plagio es legítimo como práctica creativa, pero no es así. Sin embargo me parecía necesario remarcar el hecho de que cualquier fenómeno creativo encierra forzosamente en sí mismo una referencia a algo anterior. Una referencia que es como la espora que necesitamos para fecundar nuestra imaginación pero que hemos de lograr transfigurar en algo distinto, para que el acto pueda ser calificado como creativo. Y es en esta capacidad de «transfiguración» que reside la diferencia entre un gesto auténticamente creativo y el mero plagio.

Escrito en Foro Alfa por André Ricard, para leer todo el artículo siga este enlace "El plágio en el diseño y sus matices".





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